La parcela situada en una zona bastante tranquila de Sotogrande forma parte de una parcela mayor. Dicha parcela tiene varios alcornoques y césped debido a que se usaba conjuntamente con la parcela total. En el frente linda con zona verde. La topografía es completamente horizontal. Ese sosiego, esa calma es el ambiente que no podíamos perder y que se quería mantener.
Los condicionantes de la parcela son:
- La topografía, completamente horizontal.
- Alcornoque en el centro de la parcela que se iba a mantener.
- Los vientos predominantes en dirección E-W.
- La vista frontal es a una zona verde.
Se plantean una serie de muros de piedra a modo de cortavientos que generan una secuencia de espacios. Dichos muros se interrumpen o alargan en función de los espacios a conectar. Se buscan vistas al jardín, tanto cercanas como lejanas. Dichos muros sirven para articular los espacios, pero también para delimitar la privacidad y acotar una zona exterior para destinarla a ese espacio en particular. Generamos espacios para vivir disfrutando de la paz interior y exterior, individual y en familia.
La presencia de un alcornoque en el centro de la parcela resitúa la vivienda.
El resultado es una volumetría sencilla. La piedra, el agua, el juego de luces y sombras, el paisajismo sin grandes artificios acompañan en este proceso. Únicamente, desde la llegada, sobre ese paramento discreto de la fachada principal, aparece un elemento sutil que quiere ser protagonista: la silueta simple, quebrada de la escalera, sin ornamentos.